La conexión de la ronda interior en el norte |
Hace ya dos siglos mal contados, el lugar se llamaba afueras del Castillo, mientras Álvaro López Núñes era la avenida del Espolón y delimitaba con la puerta del Castillo o porta de Condis, pues era un conde el encargado de la defensa del acceso, aunque por el uso de casi un siglo, entre 1866 y 1966, como centro penitenciario del edificio del Archivo Histórico actual, la vivienda del conde, terminó llamandose Arco de la Cárcel.
Tierras de labranza durante mucho tiempo, fue sin embargo la primera traida de aguas de la ciudad desde los manantiales situados en las zonas de las Ventas de Nava y de las Tejeras. El título del viario viene de la orientación, como un espolón, hacia la avenida de Asturias, y cuando en 1927 se renombró la avenida como Álvaro López Núñez, sólo la plaza siguió con su nombre original. |
(2019) El nuevo acceso desde la ronda interior, a través del espacio de la calle Fernado I ha tenido diversas variantes antes de su diseño final.
Una primera aproximación fue un vial rápido de doble carril, innecesario cuando tanto el recorrido final de conexión con Principe de Asturias es un entramado urbano puro, como en el otro extremo, la propia glorieta de Espolón, que no podría superar en ningún caso los 500 veh/h por su propia estructura de glorieta. La acertada decisión final fue una estructura urbana clásica unicarril y bidireccional con un espacio para el estacionamiento fuera del espacio de rodaje principal. |
|
(2021) Me centraré en el enlace del nuevo vial con la plaza del Espolón y en los dos escenarios posibles:
No regulado con semáforos
Se asume que el acceso a la plaza es libre desde Fernando I. En este caso, los vehículos estarán interceptados por el movimiento de peatones, resaltado en morado. Un paso de peatones con una intensidad peatonal alta, pero sobre todo muy constante, que ya en su día impedía la salida de la calle Carreras y fue uno de los condicionantes por los que se implantó la regulación de la glorieta.
|
En cuanto a los desarrollos del tráfico rodado, bajo el prisma de la regulación puede dividirse en tres zonas, de norte a sur:
En primer lugar el paso de peatones actual que da acceso al anillo interior y que ahora se retranquearía a la posición indicada, con un sistema semicoordinado y con un funcionamiento bajo la petición de los viandantes.
En una segunda zona se encuentra la intersección entre Fernando I y la plaza, con un movimiento demandado de vehículos (Fernando I), quedando el movimiento del interior o principal a expensas de esa demanda y los peatones bajo su propia demanda. El retranqueo o no del paso de peatones de Fernando I hasta su cabecera no implicaría mayores inconvenientes, ya que la entrada al viario dispone de su propio carril de acceso y la salida siempre estaría medida por el equipo de detección de su demanda.
Por último, la tercera zona de trabajo, Álvaro López Núñez y sus recorridos, quedará conformada por dos movimientos de tráfico rodado: la intensidad ofertada por el viario mencionado anteriormente y la conformada por San Mamés y Fernando I.
Ambos dispondrán de sus propios espacios de paso para los peatones y sus tiempos de trabajo, dependerán a su vez del procceso de detección implantado en la zona. |