TRANSPORTE COLECTIVO URBANO CON PILA DE HIDRÓGENO
Según algunos expertos es una de las opciones con más futuro. Estos vehículos basan su funcionamiento en un motor eléctrico movido por una pila de hidrógeno mediante una reacción química entre este elemento y el aire.
Como subproducto estos motores sólo emiten vapor de agua lo que unido a su bajo nivel de ruido los colocan en una buena posición como alternativa al transporte actual.
Como subproducto estos motores sólo emiten vapor de agua lo que unido a su bajo nivel de ruido los colocan en una buena posición como alternativa al transporte actual.
Sin embargo, la producción y distribución de hidrógeno es complicada. Es cierto que existe la posibilidad de obtener este producto mediante paneles solares (uno de los pilares de las energías limpias), pero la superficie necesaria para abastecer un consumo mínimo obligaría a utilizar gran parte de las zonas desérticas como centros de producción.
También se encuentra en desarrollo métodos que utilizan un proceso paralelo al de las plantas.
En la actualidad el proceso más habitual para generar hidrógeno consiste, mediante síntesis industrial, en mezclar vapor de agua con metano en una cámara sobrecalentada. En principio este proceso genera por cada 10 gramos de agua tratada con metano, 2 gramos de hidrógeno... y 12 gramos de CO2 como subproducto, lo que no lo hace un proceso muy proteccionista con el medioambiente, según los cánones actuales verdes.
En la práctica el rendimiento de este proceso es de un 30%, inferior al rendimiento que se obtiene con la quema del gas natural usado en el proceso, en una planta generadora de electricidad.
El hidrógeno también puede generarse mediante electrólisis, pero es un proceso tan costoso que ofrece un mejor rendimiento, mover el vehículo mediante pilas eléctricas, que usando esa electricidad para generar hidrógeno.
Se debe contar además con los procesos de distribución y almacenamiento. Se estima que los tanques de almacenamiento actuales pierden aproximadamente un 5% por día, de su contenido. El hidrógeno es un gas muy ligero y volátil y por tanto difícil de contener.
En una economía basada en hidrógeno la perdida de este gas generaría graves problemas a la atmósfera, ya que el gas perdido se convertiría en radicales muy activos que se combinarían con los elementos de nuestra atmósfera, especialmente en sus capas más altas, las más delicadas en cuanto a su equilibrio químico.
La causa de este tipo de consecuencias, se debe buscar en el origen y la forma en la que se encuentra este gas.
No existen depósitos naturales como en el caso del metano o del petróleo, sino que se encuentra asociado a otros materiales de forma estable, de ahí el alto coste para separarlo de estos. Por la misma razón, una vez separado se mantiene en un modo inestable para reaccionar con otros elementos, excepto con el agua, ya que el hidrógeno no se combina de modo natural para convertirse en agua, lo que podría generar un déficit de esta sustancia si el hidrógeno se utilizase a escala mundial.
También se encuentra en desarrollo métodos que utilizan un proceso paralelo al de las plantas.
En la actualidad el proceso más habitual para generar hidrógeno consiste, mediante síntesis industrial, en mezclar vapor de agua con metano en una cámara sobrecalentada. En principio este proceso genera por cada 10 gramos de agua tratada con metano, 2 gramos de hidrógeno... y 12 gramos de CO2 como subproducto, lo que no lo hace un proceso muy proteccionista con el medioambiente, según los cánones actuales verdes.
En la práctica el rendimiento de este proceso es de un 30%, inferior al rendimiento que se obtiene con la quema del gas natural usado en el proceso, en una planta generadora de electricidad.
El hidrógeno también puede generarse mediante electrólisis, pero es un proceso tan costoso que ofrece un mejor rendimiento, mover el vehículo mediante pilas eléctricas, que usando esa electricidad para generar hidrógeno.
Se debe contar además con los procesos de distribución y almacenamiento. Se estima que los tanques de almacenamiento actuales pierden aproximadamente un 5% por día, de su contenido. El hidrógeno es un gas muy ligero y volátil y por tanto difícil de contener.
En una economía basada en hidrógeno la perdida de este gas generaría graves problemas a la atmósfera, ya que el gas perdido se convertiría en radicales muy activos que se combinarían con los elementos de nuestra atmósfera, especialmente en sus capas más altas, las más delicadas en cuanto a su equilibrio químico.
La causa de este tipo de consecuencias, se debe buscar en el origen y la forma en la que se encuentra este gas.
No existen depósitos naturales como en el caso del metano o del petróleo, sino que se encuentra asociado a otros materiales de forma estable, de ahí el alto coste para separarlo de estos. Por la misma razón, una vez separado se mantiene en un modo inestable para reaccionar con otros elementos, excepto con el agua, ya que el hidrógeno no se combina de modo natural para convertirse en agua, lo que podría generar un déficit de esta sustancia si el hidrógeno se utilizase a escala mundial.