Inmaculada o la plaza circular |
Esta reforma, tiene en cuenta los errores cometidos en el pasado. Asume que dicha intersección es totalmente asimétrica, salvo por su geometría. Todos los parámetros de tráfico rodado, se basan, casi en exclusiva en un modelo transversal de desplazamiento y asimétrico en su recorrido.
El modelo de regulación, por tanto, no puede ser un modelo simétrico ni con parámetros fijos, sino que debe fluctuar del mismo modo que los tráficos que forman parte de la intersección fluctúan a lo largo del día. El peatón, fuera de los modelos motorizados, es el principal protagonista del escenario, siendo siempre la causa que condiciona, para bien o para mal al resto de elementos que utilizan esta zona.
Por tanto, la primera investigación en la zona, implica por fuerza el modelo de desplazamiento del peatón en esta. |
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Como puede comprobarse en la anterior infografía, la disminución de anchura en el anillo central es evidente, condicionado el carril más exterior a la salida de la glorieta y dejando el carril central para giro interior.
De este modo, el recorrido periférico peatonal no interfiere en el movimiento de giro de los vehículos, mientras el paso de los viandantes al anillo interior no condicionará la salida de los vehículos de la glorieta.
Las marcas viales, condicionan siempre a los vehículos a mantenerse dentro del anillo interior, mientras ejecuten el giro de la plaza, y desplazando a estos al exterior del anillo para salir de la misma.
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Las salidas consideradas principales, están reguladas mediante semáforos, lo que implica que su entrada a la glorieta se realiza en paquetes densos. Esto implica que la ventana entre paquetes será mucho más amplia que en un modelo estándar de intersección circular.
Nuevamente, las marcas viales, junto con el empaquetamiento antes descrito, impedirán los trayectos diagonales, incluso cuando se disponga de tres carriles. Por tanto, el acceso a un carril del interior del anillo es compatible con el movimiento de otro vehículo dentro del propio anillo, ya que ambos movimientos pueden ser diferenciados por los conductores implicados. La ubicación de los pasos de peatones que dan acceso al interior del anillo, se han utilizado como filtros entre el tráfico rodado del interior del anillo y las entradas a la glorieta que no están reguladas. Una demanda de paso en dicha zona por parte de un peatón, abre una ventana de acceso a los viarios que se encuentran después de dicha regulación. |
El modelo regulador, está expresamente decidido por la salida o entrada de vehículos. Esto persigue, maximizar el tiempo de verde para los peatones, así como para los movimientos de giro interior del resto de vehículos motorizados.
Como ya se ha comentado, la asimetría en intensidades en la zona durante la jornada, permite una saturación correcta durante las intensidades de vehículos más altas, mientras el resto de la franja, el peatón se beneficia de un tiempo de paso seguro, regulado y amplio, sobre la referencia de una regulación fija de tiempos. |
La profusión de marcas viales, es una consecuencia de su bajo impacto visual. La conversión de estas marcas viales en señalización vertical, daría lugar a unas instalaciones que visualmente confrontarían con el aspecto de la plaza.
Sin embargo, el diseño buscado de ofertar un recorrido prefijado a los vehículos a motor, obligan a esta profusión de marcas viales. El conductor, obtiene de las mismas, su dirección, a través de las flechas y su destino, a través de las infografías. Estas últimas, deben ser claras en su indicación y sencillas en su visualización. Estas motivaciones, han eliminado de la señalización cualquier texto al considerar su impacto excesivo respecto de la información que aporta. |